Por desgracia, el desgaste paulatino de nuestro vehículo es algo con lo que los conductores tenemos que convivir. Pero el motor o las ruedas no sólo se deterioran por el uso sino que también pueden estropearse por el mero hecho de que el automóvil no se ponga en marcha durante un periodo de tiempo más o menos prolongado.
A continuación, veremos qué podemos hacer para minimizar los daños ocasionados por tener el coche parado:
- Proteger la carrocería: Como recordarás, ya hablamos en una entrada anterior de lo importante que era proteger la carrocería del coche de la corrosión. El polvo, la arena, la lluvia e incluso los excrementos de los pájaros pueden jugarnos una mala pasada.
Salir en estos momentos para limpiar el exterior de tu vehículo familiar es imposible pero puedes optar por soluciones más rápidas y sencillas como comprar e instalar una lona para cubrir la carrocería. Esta alternativa puede ahorrarte algo de dinero en una futura visita al taller. - Desconectar la batería no siempre es necesario: La edad media del parque automovilístico de nuestro país está en torno a las 13 años. Esto significa que la mayoría de los coches que circulan por las carreteras españolas son antiguos. Si ese es tu caso, es bueno que desconectes la batería del coche para evitar que se descargue.
En los modelos más modernos la batería tiene memoria. Esto implica que si la desconectas aunque sea sólo por unos días al final aparecerán una serie de avisos de avería. Para que esto no te ocurra has de arrancar el coche al menos una vez cada catorce días. Unos pocos minutos son suficientes. - Evitar que los neumáticos se deformen: Al ser de goma, las ruedas pueden perder su forma si se mantienen en la misma posición. Esto pasa cuando todo el peso del coche recae sobre el mismo punto durante mucho tiempo. Como explicábamos arriba, el quid de la cuestión está en mover el coche al menos cada dos semanas.
Hasta aquí llegan nuestros consejos para el mantenimiento de coches parados. Estas prácticas están al alcance de cualquiera y puedes tenerlas en cuenta siempre que las circunstancias te impidan coger el coche. ¡Cuida tu medio de transporte!