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Conducir con la luna rota no está expresamente prohibido pero esta clase de conducta resulta muy arriesgada. No olvides que si la luna de tu vehículo está rajada tu visibilidad se verá afectada y no podrás saber todo lo que ocurre en la carretera.

Que se rompa la luna del coche es algo más común de lo que la mayoría de la gente piensa. Pequeños impactos de grava provocados por el paso de otros vehículos o simplemente las presiones derivadas de los grandes cambios de temperatura pueden ocasionar un auténtico estropicio.

Lo más aconsejable cuando aparecen grietas en el limpiaparabrisas del coche es acudir lo antes posible a tu taller de confianza. Ten presente que cuanto más tiempo tardes en arreglar la luna más probable es que la rotura se haga más grande y al final eso acabe por ocasionar algún tipo de accidente mientras conduces.

El problema de circular con la luna rota no es el hecho de si está o no permitido. La cuestión más importante es si ese desperfecto en el cristal influye significativamente en tu capacidad para conducir de forma segura sin que exista peligro para ti o para el resto de conductores.

La normativa establece que debes poder ver toda la vía por la que estés circulando así que el hecho de que puedas o no conducir con la luna agrietada dependerá de la gravedad del golpe.

Ojo, siempre que conduzcas con la luna en malas condiciones te arriesgas a que algún agente de la autoridad considere que no tienes visibilidad suficiente y te multe. En otras palabras, lo más acertado es no conducir nunca con la luna rota. Además, siempre existe la posibilidad de que se desprendan cristales en el momento más inoportuno poniendo en riesgo tu integridad física y la de los demás.

Por otro lado, tampoco hay que menospreciar la importancia de la luna del coche en lo que respecta a tu protección. Estos cristales absorben parte del golpe en caso de colisión y pueden llegar a impedir que algunos objetos salgan disparados de tu vehículo y entorpezcan aún más la circulación y la llegada de los servicios de emergencia.

En definitiva, conducir con la luna rota no es buena idea. Si te das cuenta de que los cristales del coche no están en óptimas condiciones lo mejor que puedes hacer es evitar llevar a cabo cualquier tipo de desplazamiento hasta que el problema esté solucionado. ¡Hay que tener los ojos bien abiertos en tus viajes por carretera!