La carrocería de un vehículo ha de mantenerse en buen estado y no sólo por motivos estéticos. Hoy en Autofurgo te vamos a dar una serie de consejos para que reduzcas al máximo el daño provocado por la corrosión. ¡Tu coche seguirá impecable por más tiempo!
¿Cómo sabemos que la corrosión está haciendo de las suyas en nuestro coche? Nada más sencillo que observar el aspecto de la carrocería. Si se aprecian pequeños agujeros o partes en las que la pintura está desconchada es que el vehículo en cuestión necesita urgentemente una sesión de mantenimiento.
Normalmente, los desperfectos por corrosión en la carrocería de un vehículo se producen por culpa de las condiciones ambientales o por leves golpes de gravilla. En este sentido, la chapa y pintura de un coche se parece a la piel humana porque le hace falta una capa protectora para soportar las inclemencias del sol y de la lluvia.
Lo que se entiende por corrosión no es más que la oxidación del metal de la carrocería que poco a poco va generando una serie de burbujas en la pintura. Las partes del coche en las que se aprecia mejor esta clase de deterioro son la zona inferior del coche y sobre todo las aletas. Algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que esta parte del coche es la que está más cerca de la carretera y por lo tanto es susceptible de recibir un mayor número de impactos según el estado de la carretera.
Pero no creas que el interior de tu vehículo está a salvo. Ahora que suben las temperaturas y llega el buen tiempo es normal hacer una escapada a la playa y es ahí dónde el riesgo de que aparezca la corrosión se multiplica. La salinidad del ambiente puede afectar a cualquiera de los elementos metálicos de tu coche incluidas algunas de las piezas del motor. No obstante, no hace falta que te eches las manos a la cabeza ni que renuncies a unas merecidas vacaciones para que tu coche siga en perfectas condiciones.
La vigilancia es la clave. A ver, tampoco te obsesiones pero es aconsejable que elimines con cierta frecuencia los residuos de barro o sal. En una ocasión ya te dijimos cómo limpiar tu vehículo por dentro así que ahora sólo haremos hincapié en los beneficios de un lavado manual con jabón neutro.
Si decides llevar acabo tú mismo esta tarea ten presente que los productos que utilices han de ser respetuosos con la pintura, la cera o incluso la goma. ¡Todo es poco para que no le pase nada a tu coche!
En caso de que hayas detectado ciertos puntos de corrosión debes abandonar los trucos caseros y acudir a un profesional. Hacer un tratamiento antióxido no es cosa de principiantes así que a medio y largo plazo te resultará más rentable ir a tu taller de confianza.
Ahora que sabes los pasos necesarios para cuidar de la carrocería de un vehículo te será fácil conseguir que tu coche soporte bien los estragos que suelen darse con el paso de los años. ¡Queremos que disfrutes de tus viajes por carretera con estilo y de forma segura!