Adoptar la posición adecuada al volante es un aspecto fundamental dentro del campo de la seguridad vial. Con los años se ha tomado conciencia de la importancia de los consejos ergonómicos cuándo se va a levantar peso o se trabaja sentado frente a un ordenador. ¡Ya es hora de aplicar esta sabiduría al mundo de la conducción!
Para empezar, antes siquiera de arrancar el motor hay que ajustar la distancia que hay entre el asiento del conductor y los pedales. No es ningún secreto que si compartimos coche automáticamente notamos que otra persona ha cogido el vehículo nada más sentarnos en su interior.
Este hecho se debe, ni más ni menos, a que cada persona tiene unos rasgos físicos distintos. Si el asiento está puesto para alguien más bajito que nosotros, por ejemplo, iremos con las piernas encogidas y nos resultará incómodo y trabajoso pisar los pedales.
Y por supuesto, no hay que olvidarse de que la altura del asiento también juega su papel si queremos conseguir la postura más segura para conducir. Cuanto más bajo esté el asiento tanto mejor. ¡Pero no pierdas de vista la carretera!
Ahora vamos hablar de cómo regular el respaldo. No hay una regla general en este sentido ya que las cosas varían enormemente de una persona a otra. Sólo hay que recordar que un respaldo muy inclinado hacia atrás reduce las probabilidades de reaccionar ante cualquier maniobra pero sentarse demasiado recto aumenta la fatiga al volante. ¡Tienes que ir cómodo pero sin pasarte!
El siguiente paso es poner bien el reposacabezas. ¡Que su nombre no te engañe! Esta parte del asiento de tu coche o furgoneta es mucho más que un almohadón pensado para que te apoye cuándo estás cansado. De hecho, cumple una misión mucho más relevante.
El reposacabezas sirve para prevenir las posibles lesiones de cuello en accidentes de tráfico. Para que su eficacia sea máxima ha de estar colocado de tal modo que lo toquemos con la parte posterior de nuestra cabeza casi de continuo.
En cuanto a la altura del volante debe ser la necesaria para que puedas apoyar la zona justo detrás de tus muñecas en la parte alta del volante sin despegar los hombros del asiento. Ten en cuenta que debes estar con los brazos flexionados tanto por tu propio confort como para no lesionarte en caso de impacto. Y ni se te ocurra cruzar los brazos uno sobre otro cuándo des vueltas al volante.
Por último, sólo queda abrocharse el cinturón de seguridad. Éste no ha de estar cerca del cuello bajo ninguna circunstancia y debe ceñirse bien a la zona pectoral y abdominal.¡Asegúrate de que pasa por el centro de tu clavícula! No queremos que nadie acabe escurriéndose por debajo del cinturón.
¿Ya tienes clara cuál es la posición adecuada al volante? No es tan complicado si se presta la debida atención y se le dedica un poco de tiempo a sentarse bien dentro del vehículo. ¡Tu seguridad, la de los tuyos y también la del resto de los conductores merecen este pequeño esfuerzo!