En la actualidad, las emisiones de CO2 de los coches es un asunto que preocupa a todos los conductores con independencia de que utilicemos nuestro vehículo con mayor o menor frecuencia. Vivimos una época en la que es cada vez más importante que nuestros desplazamientos por carretera sean respetuosos con el medio ambiente.
Hoy en día, mejorar la calidad es una prioridad. Y para alcanzar esta meta en España se ha desarrollado una ley que limita las emisiones de CO2 de los vehículos potenciando de este modo la conducción eficiente.
No hay que tomar estas medidas a la ligera ya que, como sabes, se han impuesto ciertas restricciones de circulación a los vehículos más contaminantes. El caso de Madrid Central representa un buen ejemplo en este sentido.
Como es lógico, existe la obligación de cumplir la normativa. Este hecho se traduce en que las emisiones de CO2 se han convertido en un dato crucial que debemos conocer antes de comprar cualquier vehículo. La apuesta por los híbridos o los coches eléctricos es evidente aunque todavía hay obstáculos que sortear.
El precio de los vehículos híbridos o el coste que supone recargar la batería de un coche eléctrico representa un problema ahora mismo debido a la subida de la luz. Encontrar un equilibrio entre las necesidades del medioambiente y el bolsillo de los consumidores no siempre es tarea sencilla.
En líneas generales, puede decirse que el límite de emisiones de CO2 viene determinado por el tipo de vehículo y por el combustible que éste utiliza. Por ejemplo, los coches de gasolina sin catalizador matriculados hasta el 1 de octubre de 1986 tienen un límite del 5 % en volumen de CO2.
Por otro lado, los coches matriculados a partir del mes de septiembre de 2018 han de pasar las pruebas WLTP para conseguir un certificado homologado que acredite la cantidad de CO2 que emite.
En definitiva, las limitaciones de las emisiones de CO2 de los coches se han vuelto más severas y se han implementado mecanismos para controlarlas como el nacimiento de la etiqueta ecológica, por ejemplo. Mejorar la calidad del aire de las ciudades españolas nos beneficia a todos.