En líneas generales se puede decir que el objetivo de los badenes de la carretera es hacer que los conductores no tengamos más remedio que aminorar la marcha en puntos clave en los que existe una probabilidad elevada de accidente o atropello. Aunque a simple vista no lo parezca no todos los badenes son iguales y debemos actuar en consecuencia cuándo estamos al volante.
Como podrás suponer, un badén es un arma de doble filo. Es cierto que mejora la seguridad vial al evitar que circulemos a altas velocidades en algunos tramos de la vía pero si esta especie de obstáculos no cumplen los estándares de calidad o no se colocan correctamente pueden llegar a provocar accidentes de tráfico en lugar de evitarlos.
Es de sobra sabido que pasar por un badén más rápido de lo permitido genera una gran incomodidad tanto al conductor como al resto de los ocupantes del vehículo. Y por si esto no fuera razón suficiente para respetar los badenes también está el asunto de los daños que pueden ocasionarse al vehículo.
Si hablamos de mecánica, el desgaste de los amortiguadores del coche al pasar por encima de los badenes es uno de los efectos negativos más comunes. Otros posibles daños pueden ser la presencia de deformaciones en los neumáticos o el desajuste entre el chasis y el motor a causa de las vibraciones.
Por supuesto, la mejor manera de minimizar todos estos desperfectos es superar los badenes despacio. La longitud de los badenes que se sitúan en los pasos de peatones puede variar en función de los límites de velocidad existentes en la zona pero lo normal es que tengan una altura de unos diez centímetros.
AL principio de este artículo ya adelantamos que había distintos tipos de badenes. Aparte de los limitadores de velocidad hechos de los mismos materiales que la carretera podemos ver badenes de plástico o caucho. Son prácticamente igual de resistentes que los primeros pero nunca se usan como pasos de peatones. La zona sobresaliente es más baja pues se eleva seis centímetros en lugar de diez.
Según la normativa, los badenes actúan como mecanismo de apoyo para las señales que indican a los conductores que han de pisar el freno. Asimismo, es importante indicar que los badenes han de estar separados unos de otros por una distancia que oscila entre los cincuenta a los doscientos metros.
En suma, los badenes de la carretera no están diseñados para entorpecer la circulación sino para actuar como refuerzo en el cumplimiento de los limitaciones de velocidad establecidas. Perder unos minutos durante tu trayecto en coche puede salvar vidas.