Es imprescindible revisar el coche después del verano. A pesar de que julio y agosto son los meses estrella para disfrutar de las vacaciones hay muchas personas que eligen el mes de septiembre para descansar. De ahí que ahora sea el mejor momento para reparar los estragos que esos kilómetros extra han causado a tu vehículo.
No es ningún secreto el hecho de que durante el verano utilizamos más nuestro vehículo. El buen tiempo y el calor invitan a salir a la carretera en busca de las mejores playas para ir de vacaciones con niños o piscinas naturales de ensueño. Pero estos viajes acaban pasando factura a tu coche.
Como es lógico, la cifra del cuenta kilómetros sube considerablemente y eso acaba afectando a aspectos tan cruciales el desgaste de la correa de distribución , por ejemplo. Sustituir esta pieza puede costar alrededor de unos 400€ así que más vale asegurarse de que está todo en orden antes de que sea demasiado tarde para las labores de mantenimiento.
Por otro lado, no hay que olvidar que mientras conducimos el coche sufre pequeños impactos. La gravilla o la arena de la playa son dos de nuestros principales enemigos en este sentido. Afortunadamente, proteger la carrocería del vehículo de la corrosión es tan simple como ir a tu taller habitual y pedir que realicen un tratamiento antióxido.
Y por supuesto, es muy importante echar un vistazo a las ruedas del coche. Vigilar si la presión de los neumáticos es la adecuada o comprobar si el dibujo de los mismos se ha borrado o sigue intacto son dos tareas básicas. Recuerda que si tus neumáticos tienen más de seis años de antigüedad debes consultar con un profesional si ha llegado la hora de sustituirlos por otros nuevos.
Continuamos nuestra particular puesta a punto con los frenos. Ten en cuenta que con la llegada del otoño y las lluvias suele aumentar la distancia de frenado por lo que debes estar atento al posible deterioro de las pastillas de freno y los discos así como a la presencia de extrañas vibraciones y chirridos al aminorar la velocidad.
Para finalizar, conviene que te fijes en el motor. Olores sospechosos provenientes del tubo de escape o fugas de líquido debido a la presencia de grietas son algunos de los problemas más comunes. Por lo general, un fluido rojizo se asocia con la caja de cambios, uno negro con aceite del motor, un a mancha marrón con la dirección y un líquido verdoso con escapes de refrigerante.
En suma, revisar el coche después del verano es una obligación que no debes descuidar si quieres que tu vehículo te siga acompañando por muchos años. Invertir un poco cada cierto tiempo puede salvarte de quedarte sin vehículo en el momento menos indicado.